Ser Otto Hightower fue una de las figuras políticas más influyentes de su tiempo, sirviendo como Mano del Rey durante tres reinados: Jaehaerys I, Viserys I y Aegon II Targaryen. Además de ser padre de la reina Alicent Hightower, su legado estuvo marcado por su astucia, ambición y, finalmente, su participación en la Danza de los Dragones, la sangrienta guerra civil que desmembró a la Casa Targaryen. ATENCIÓN SPOILERS!!!
Carácter y personalidad
Otto es recordado por su gran erudición, siendo considerado uno de los hombres más instruidos de su época. Sin embargo, también era visto como un hombre orgulloso, brusco y altanero, rasgos que marcaron su ascenso en la corte y la relación con otros nobles. Esta combinación de conocimiento y carácter autoritario lo llevó a ser tanto admirado como temido. El adagio «el conocimiento no lo es todo» ha sido atribuido a él, una advertencia para futuras Manos del Rey sobre los límites del intelecto puro cuando se enfrenta a las complejidades del poder.
Ascenso al poder como Mano del Rey
Mano de Jaehaerys I
Ser Otto Hightower llegó a la corte como Mano del Rey después de la muerte del príncipe Baelon Targaryen en el 101 d.C., quien era el hijo del rey Jaehaerys I. La elección de Otto fue, en parte, resultado de su gran conocimiento y habilidades políticas, cualidades que le permitieron gestionar eficazmente el reino mientras el anciano rey se debilitaba. Durante los últimos años del reinado de Jaehaerys, Otto gobernó prácticamente en su lugar, mientras que su hija Alicent se encargaba de cuidar al «Viejo Rey», lo que permitió a la familia Hightower consolidar su poder en Desembarco del Rey.
Mano de Viserys I
Con la muerte de Jaehaerys I, Ser Otto continuó como Mano del Rey bajo el reinado de Viserys I Targaryen. A pesar de que nadie dudaba de su capacidad, su arrogancia y carácter imperioso comenzaron a generar fricciones con otros miembros de la corte. Su principal rival fue el príncipe Daemon Targaryen, con quien chocó desde el principio debido a la creciente influencia de Daemon y los rumores sobre su relación con Alicent. Otto temía que Daemon, a quien consideraba impredecible y violento, se convirtiera en un nuevo Maegor el Cruel, lo que lo llevó a apoyar en un principio la sucesión de la princesa Rhaenyra.
El matrimonio de Alicent Hightower y la creciente tensión política
El momento clave para la Casa Hightower ocurrió en 106 d.C., cuando el rey Viserys I se casó con la hija de Otto, Alicent. Este matrimonio, visto por muchos como una maniobra política de Otto para consolidar aún más su poder en la corte, aunque nunca se probó. Poco después, Alicent dio a luz a cuatro hijos, incluido Aegon II, lo que intensificó la tensión en torno a la sucesión del Trono de Hierro. Aunque Otto intentó persuadir a Viserys para que reconociera a su nieto Aegon como heredero, el rey se mantuvo firme en que Rhaenyra seguiría siendo la sucesora oficial. Esta decisión eventualmente desencadenaría la lucha entre los Negros (partidarios de Rhaenyra) y los Verdes (partidarios de Alicent y sus hijos).
El conflicto con Daemon Targaryen
La enemistad entre Otto Hightower y el príncipe Daemon fue uno de los ejes centrales de la política en la corte de Viserys I. Otto logró que el rey alejara a Daemon del Consejo Privado en varias ocasiones, aunque el príncipe siempre regresaba al poder, nombrado comandante de la Guardia de la Ciudad de Desembarco del Rey. Otto percibió a Daemon como una amenaza tanto para el reino como para su propia posición, lo que le llevó a intensificar su apoyo a la princesa Rhaenyra en los primeros años del reinado de Viserys. Sin embargo, esta lealtad sería efímera, ya que más tarde se volvería el principal defensor de Aegon II.
La Danza de los Dragones
Ascenso de Aegon II
La guerra civil conocida como la Danza de los Dragones comenzó cuando Viserys I murió en 129 d.C. y Otto Hightower, junto con su facción, los Verdes, proclamó rey a su nieto Aegon II, en desafío a la voluntad de Viserys, que había nombrado a Rhaenyra como su sucesora. Otto jugó un papel crucial en las maniobras políticas que llevaron a la coronación de Aegon II, utilizando su influencia en el Consejo Verde, que estaba compuesto principalmente por sus aliados. Este movimiento fue el detonante del conflicto, y Otto concentró sus esfuerzos en buscar alianzas con las grandes casas del reino, particularmente los Greyjoy y los Baratheon.
La guerra civil y las alianzas
Durante la Danza de los Dragones, Otto trató de reforzar la posición de los Verdes mediante alianzas estratégicas. Envió a su nieto Aemond a negociar con Lord Borros Baratheon, un movimiento que fue exitoso, aunque resultó en la trágica muerte de Lucerys Velaryon, hijo de Rhaenyra. Esta muerte desató la violencia abierta entre los bandos. En su afán por asegurar más apoyos, Otto también ofreció el control de la Flota Real a Lord Dalton Greyjoy, pero este último prefirió aliarse con los Negros, motivado por la oportunidad de saquear a los Lannister.
Caída de Otto y el final de la Danza
A medida que el conflicto se intensificaba, las derrotas acumuladas y la incapacidad de Otto para neutralizar a sus enemigos, como Daemon Targaryen, empezaron a frustrar a Aegon II. Finalmente, el rey destituyó a su abuelo y nombró a Ser Criston Cole, el Lord Comandante de la Guardia Real, como Mano del Rey. Sin embargo, las maniobras diplomáticas de Otto seguían adelante, y logró asegurar la intervención de la Triarquía en la Batalla del Gaznate, aunque fue insuficiente para cambiar el rumbo de la guerra.
La caída de Desembarco del Rey
La guerra culminó con la captura de Desembarco del Rey por parte de los Negros. Otto y su hija, la reina Alicent, intentaron organizar la defensa de la ciudad, pero fueron traicionados cuando la Guardia de la Ciudad cambió de bando y permitió la entrada del ejército de Rhaenyra. Otto fue capturado y ejecutado sumariamente por Rhaenyra, acusándolo de traición.
Legado de Otto Hightower
El legado de Otto Hightower quedó marcado por la división que creó en el reino. Aunque sus esfuerzos y ambición llevaron a la coronación de Aegon II, su facción, los Verdes, finalmente perdió la guerra cuando Aegon III, hijo de Rhaenyra, ascendió al Trono de Hierro. Otto se recuerda como una advertencia sobre el poder y los peligros de la política en la corte, un hombre cuya erudición y ambición lo llevaron a influir en tres reyes, pero que, en última instancia, vio fracasar sus esfuerzos por asegurar la supremacía de su casa.
