Rhaenyra Targaryen, conocida como la «Legítima Heredera», es una de las figuras más trágicas y complejas de la historia de Poniente. Como la primogénita del rey Viserys I Targaryen, nombrada heredera al Trono de Hierro, desafiando siglos de tradición patriarcal en los Siete Reinos. Su vida estuvo marcada por el conflicto, las intrigas cortesanas y la brutal guerra civil conocida como la Danza de los Dragones. El ascenso y caída de Rhaenyra como reina dejó cicatrices profundas en su familia, el reino y la dinastía Targaryen, con consecuencias que resonaron durante generaciones. Era jinete de su dragón Syrax. ATENCIÓN SPOILERS!!!
Infancia y Juventud
Rhaenyra nació en el año 97 d.C., siendo la única hija del rey Viserys I y su primera esposa, Aemma Arryn. Desde pequeña, la criaron en la corte de Desembarco del Rey, donde rápidamente capturó la atención de su padre. Es descrita como una niña vivaz, orgullosa y de gran belleza, con los característicos rasgos valyrios de cabello plateado y ojos violetas. A menudo acompañaba a su padre en sus deberes reales, ganándose el afecto y respeto de la corte. A la edad de ocho años, la nombraron copera del rey, una posición simbólica que marcó el inicio de su formación política.
La vida de Rhaenyra cambió radicalmente con la muerte de su madre en 105 d.C., cuando Aemma falleció debido a complicaciones en el parto. Este suceso marcó profundamente a Viserys, quien, en su duelo, nombró a Rhaenyra como su heredera al trono, un acto sin precedentes en la historia de Poniente, dado que las mujeres no solían heredar el Trono de Hierro. Este nombramiento fue una muestra de la confianza de Viserys en su hija y del amor que le tenía, pero también un presagio de los conflictos que más tarde devastarían a la familia real.
El Conflicto con Alicent Hightower
El conflicto que eventualmente conduciría a la Danza de los Dragones se gestó tras el segundo matrimonio de Viserys con Alicent Hightower en 106 d.C. Este matrimonio sorprendió a la corte, pero especialmente a Rhaenyra, quien tenía una relación tensa con Alicent. La situación se complicó aún más cuando Alicent dio a luz a Aegon II Targaryen en 107 d.C., seguido por Helaena, Aemond y Daeron. Con el nacimiento de estos hijos varones, surgió la pregunta inevitable: ¿seguiría siendo Rhaenyra la heredera del Trono de Hierro, o sería desplazada por Aegon?
Viserys se mantuvo firme en su decisión de nombrar a Rhaenyra como su heredera, incluso llegando a forjar alianzas políticas estratégicas para fortalecer su posición. En 113 d.C., se celebró una gran ceremonia en la que los señores de los Siete Reinos juraron lealtad a Rhaenyra como la sucesora legítima. Sin embargo, esta paz aparente era frágil, ya que la corte se dividió en dos facciones: los Negros, quienes apoyaban a Rhaenyra, y los Verdes, quienes respaldaban a Alicent y a sus hijos, especialmente a Aegon II, como los legítimos sucesores del trono. Este conflicto subterráneo entre las dos facciones no solo desestabilizó la corte, sino que sentó las bases para la devastadora guerra civil que vendría después.
Matrimonio y Alianzas
A medida que Rhaenyra crecía, su padre buscó fortalecer su posición mediante alianzas matrimoniales estratégicas. En 114 d.C., Viserys arregló su matrimonio con Laenor Velaryon, hijo de Corlys Velaryon y Rhaenys Targaryen. Los Velaryon eran una de las familias más poderosas de Poniente, controlando la flota más grande del reino y acumulando una gran fortuna. La unión con los Velaryon consolidó una alianza crucial para Rhaenyra, pues además de fortalecer su reclamo al trono, garantizaba el apoyo militar y naval de los Velaryon en caso de futuros conflictos.
El matrimonio con Laenor, sin embargo, fue más una unión política que amorosa. Laenor, conocido por su preferencia por los hombres, y aunque Rhaenyra y él tuvieron tres hijos —Jacaerys, Lucerys y Joffrey Velaryon—, la paternidad de estos niños siempre fue motivo de rumores. Muchos en la corte susurraban que el verdadero padre de los hijos de Rhaenyra era Harwin Strong, un caballero poderoso y comandante de la guardia de Desembarco del Rey. Estas acusaciones no solo empañaron la reputación de Rhaenyra, sino que debilitaron su posición como heredera legítima, ya que sus hijos se consideraron por muchos como bastardos, lo que exacerbó aún más la división en la corte.
Syrax, el dragón de Rhaenyra
Syrax fue el majestuoso dragón que Rhaenyra Targaryen montó desde su adolescencia. De color amarillo brillante y con un temperamento más dócil que algunos de los dragones más salvajes de la dinastía Targaryen, Syrax representaba el poder y la autoridad de Rhaenyra. A diferencia de otros dragones que cazaban libremente, Syrax estuvo en cautiverio en el Pozo Dragón, alimentado por los sirvientes en lugar de cazar. Su conexión con Rhaenyra era profunda, y ambos jugaron un papel vital en la Danza de los Dragones, especialmente durante los eventos que rodearon la defensa de Rocadragón y la lucha por el control de Desembarco del Rey. Lamentablemente, Syrax encontró un final trágico cuando, en la caída de la ciudad, una turba enfurecida irrumpió en el Pozo Dragón, donde Syrax, en su furia, mató a muchos antes de sucumbir ante la multitud, un reflejo simbólico del destino de la propia Rhaenyra.
La Danza de los Dragones: El Ascenso al Poder
La muerte de Viserys I en 129 d.C. marcó el comienzo de la Danza de los Dragones, un conflicto que devastaría Poniente. A pesar del deseo expreso de Viserys de que Rhaenyra lo sucediera, Alicent Hightower y el Consejo Verde coronaron a Aegon II como rey, desafiando el testamento del difunto monarca. Esta traición desató una guerra brutal entre los Negros, liderados por Rhaenyra, y los Verdes, quienes apoyaban a Aegon II.
A Rhaenyra la coronaron reina en Rocadragón por sus seguidores y rápidamente buscó consolidar su poder. Contaba con el apoyo de poderosos aliados, incluyendo a Corlys Velaryon, quien proporcionó su flota y riquezas para respaldar su reclamo. Además, tenía a su lado a sus hijos, en especial a Jacaerys Velaryon, quien jugó un papel crucial en la búsqueda de apoyo para su causa, volando en su dragón Vermax hacia los señores del norte y el valle en busca de lealtades.
Sin embargo, la Danza de los Dragones fue una guerra marcada por la traición, la violencia y la muerte. La disputa por el trono condujo a una serie de batallas devastadoras, ataques de dragones y asesinatos que destruyeron tanto a la facción de Rhaenyra como a la de Aegon II. A lo largo del conflicto, Rhaenyra sufrió la pérdida de muchos seres queridos, incluyendo a sus hijos Lucerys, asesinado por Aemond Targaryen sobre Bastión de Tormentas, y Joffrey, quien murió en una batalla aérea.
Relación con Daemon Targaryen
Rhaenyra y su tío Daemon Targaryen compartieron una relación compleja y apasionada que se consolidó en matrimonio tras la muerte de Laenor Velaryon. Aunque Daemon había sido una figura polémica, su unión con Rhaenyra fortaleció su reclamo al Trono de Hierro durante la Danza de los Dragones. Juntos tuvieron tres hijos: Aegon el Joven, nacido en 120 d.C., quien más tarde se convertiría en el rey Aegon III, apodado «el Veneno de Dragón»; Viserys Targaryen, nacido en 122 d.C., quien lo capturaron durante la guerra pero sobrevivió para casarse con Larra Rogare; y Visenya Targaryen, la única hija de la pareja, que nació muerta y con malformaciones en 129 d.C. Estos hijos reflejaron tanto la ambición como la tragedia de la relación entre Rhaenyra y Daemon, quienes se mantuvieron unidos en la lucha por el poder y el legado de la Casa Targaryen.
La Caída de Rhaenyra
El final de Rhaenyra fue trágico. Tras tomar control de Desembarco del Rey brevemente en 130 d.C., su gobierno fue impopular debido a las difíciles condiciones de la guerra, el hambre y la constante amenaza de los Verdes. Cuando Aegon II finalmente retomó la ciudad, Rhaenyra fue traicionada por sus propios aliados, y su captura fue inevitable. El destino que le esperaba fue cruel: ejecutada por su medio hermano, Aegon II, quien la arrojó a Fuegosol, el dragón que una vez le había pertenecido a su padre.
La muerte de Rhaenyra no puso fin a la Danza de los Dragones, pero sí marcó el colapso de su causa. Su muerte fue brutal y humillante, y su cuerpo fue devorado por el dragón. Sin embargo, su legado perduraría. Aegon II murió en circunstancias misteriosas poco después, y su hijo, Aegon III, fue coronado rey, lo que, en cierto sentido, permitió que la línea de Rhaenyra prevaleciera al final.
Legado
A pesar de su derrota y muerte, Rhaenyra dejó un legado duradero en la historia de Poniente. Fue la primera mujer en reclamar seriamente el Trono de Hierro y, aunque su intento de gobernar terminó en tragedia, su lucha influyó profundamente en las percepciones sobre las mujeres y el poder en los Siete Reinos. La guerra que desató tuvo un impacto devastador en la casa Targaryen, resultando en la muerte de la mayoría de sus dragones y debilitando la dinastía para las generaciones futuras.
La historia de Rhaenyra se cuenta de diferentes maneras por los cronistas, con algunos viéndola como una reina ambiciosa que pagó el precio de desafiar las convenciones, mientras que otros la ven como una víctima de las intrigas y traiciones de la corte. Su vida y muerte fueron una advertencia para futuras generaciones sobre los peligros de las luchas dinásticas y el costo de la ambición en Poniente.
